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sábado, 2 de agosto de 2014

“Pagaremos todos muy caro la negación de la realidad”

Ricardo López Murphy asegura que en las últimas semanas eligió el silencio. No era tiempo de hablar o criticar, sino de ayudar al Gobierno en sus intentos por no caer en default, hoy ya parte de la realidad económica de la Argentina. El ex ministro de Economía aseguró a 3Días que un eventual regreso a los mercados internacionales "está liquidado" y que "la única forma de eludir la RUFO era ir y pagar directamente". El economista se lamenta: "Perdimos la batalla".

¿Qué cree que sucedió en Nueva York? 
- Un último intento de evitar el default por parte de la banca privada argentina, que encontró dificultades insuperables en las limitaciones legales tanto argentinas y regulatorias como en la actitud del Gobierno.

El special master y los holdouts dicen que la Argentina rechazó todo tipo de propuestas. ¿Había otra opción? 
- Mi interpretación es que la única forma de eludir la RUFO era ir y pagar directamente, o que alguien se hiciera cargo del juicio y que se estableciera el stay para poder seguir negociando. Eso siempre tenía el riesgo de que hubiera una interpretación de que se violaba la RUFO, ese riesgo estaba. Desde la sentencia de Griesa sabíamos que había un problema muy complejo. En sucesivas interacciones, yo propuse pagar al contado esa sentencia para lograr tres objetivos simultáneos: Evitar el default, cumplir la sentencia, y evitar que se dispare la cláusula RUFO. Eso obligaba al Gobierno argentino a un esfuerzo de obtención de reservas muy grande, lo que probablemente requiriera un tipo de cambio de referencia, y con las reservas que tenemos no alcanza. Entonces, hay que buscar reservas con procedimientos reales. Ese mecanismo en mi interpretación no daba lugar a ningún riesgo, pero en la medida en que se quiera pagar con bonos, conseguir plazos, ahí empiezan todos los problemas de las cláusulas famosas. 

Caída la propuesta de ADEBA, estaría negociando la banca extranjera… ¿es lo mismo? 
- Eso sería otro tipo de problema, con cierta complejidad, pero supongo que será una alternativa que alguien compre el juicio y busque generar mecanismos que eviten todos los problemas asociados al default. Si yo tuviera títulos argentinos estaría muy preocupado en estas circunstancias….

¿Por qué? 
Porque la ventaja para muchos tenedores de nuestros títulos era el largo plazo que tenía la deuda argentina y el bajo costo que tenía para el servicio de la deuda, tanto en términos externos como fiscales. Si se da el cross default y se aceleran los pagos como está en la legislación, toda esta ventaja se perdería y toda la deuda sería exigida en el corto plazo. De ser así, esa deuda no se puede pagar y entramos en el problema crónico que estas situaciones de default generan. De un default se sabe cómo se entra pero es muy difícil saber cómo se sale. 

¿Cuál es el escenario financiero al que nos enfrentamos? 
- La existencia de una situación de esta naturaleza va a restringir el acceso financiero tanto al sector público como privado. El sector público ya lo tenía casi vedado, ahora lo va a tener más cercado, y el sector privado va a estar sujeto a restricciones cada vez más severas por parte de los bancos en el mundo. En esas condiciones vamos a tener un cuello de botella muy duro en el sector externo, vamos a perder más reservas, vamos a tener un tipo de cambio marginal más elevado, vamos a tener menores cotizaciones de todos nuestros papeles, va a haber una caída de valor de las propiedades en la Argentina. Todo eso lleva a menor consumo, menor inversión, menor compra de bienes durables y agudiza la recesión. El problema es que el año que viene eso se empeora por los menores precios de las cosechas, así que el escenario es muy delicado. Parte de la estrategia del Gobierno al normalizar Club de París, el Fondo Monetario, CIADI, Repsol era poder volver al mercado de capitales, ya sea directamente desde el Gobierno o los privados y las provincias, y eso para mí esta liquidado. 

Con este resultado, ¿valió la pena regularizar con Repsol de la manera que lo hicimos? 
 - Parte de toda esa lógica tenía que ver con volver al mercado de capitales, este episodio invalida ese objetivo. Creo de cualquier manera que había que normalizar esas situaciones. A mí me hubiera gustado hacerlo de manera ortodoxa, como se ha hecho siempre en la Argentina, que nos permitió tener largos plazos de gracia en el Club de París, no pagar punitorios, ese en el fondo es una parte central del FMI. 

Pollack dijo que "el default no es una condición técnica; es un evento real que dañará a personas reales". 
- Es un proceso que va a ir agravándose con el correr de las semanas, o sea, va ir devaluando los valores de las propiedades, de las empresas, de las inversiones en la Argentina, va a ir limitando las oportunidades y va a ir aislando más al país de lo que ya estaba aislado. La Argentina, producto de que nadie le quería prestar, tenía como ventaja la poca deuda. Ningún país con poca deuda declara el default, eso lo hacen países con mucha deuda y que no pueden hacer frente a la deuda. Declarar el default, por la razón que fuera, cuando se tiene poca deuda y la tiene estructurada a muy largo plazo es casi imposible de entender desde el punto de vista de los intereses del país. 

¿Qué le pareció el discurso de Kicillof? 
- Creo que hay una costumbre de decir una cosa y después hacer otra. Sucedió con Repsol, el Club de París y el CIADI. Yo soy muy escéptico de las palabras de este gobierno, porque dicen una cosa y después hacen lo contrario, tengo mis reservas. No quisiera fijarme en el discurso sino intentar mirar los hechos. Los hechos son que hasta hoy y hasta donde la información pública llega, el país va a estar en default y eso nos va a causar un daño grande. Debo reconocer que tenía una expectativa muy favorable, creyendo que en el último minuto se había encontrado un espacio que va a permitir evitar este enorme problema que se compra la Argentina, para este gobierno, pero también para los que le siguen. Yo no veo sencilla la salida del default. Después de la experiencia de estos juicios, ¿cómo hace usted para que alguien acepte volver a estar en este esquema y no pida lo que se le ocurra? 

¿Kicillof tiene razón cuando destaca que el fallo de Griesa ha sido criticado por el FMI, por el Mercosur? 
- Nadie está diciendo que el fallo es razonable. Hay muchas cosas que son observables, no sólo del fallo sino del marco legal existente, de las reglas de juego, todo eso es cierto, hay problemas y desmesuras pero eso no cambia las dificultades que usted tiene. Es como que me pregunte por qué llueve o por qué hay un tsunami, nadie está a favor de que existan, pero ocurren. ¿Estamos en fuerza de cambiar la legislación internacional o la de los Estados Unidos? No. Entonces, hacernos la reflexión de que las legislaciones internacionales no son las que a nosotros nos gustarían no cambia el problema que enfrentamos. n Justamente, la Presidenta reclama un nuevo orden financiero internacional… - Eso no va a ocurrir en ningún plan racional en un tiempo que atienda nuestro problema. 

Pero hay que decir que son aguas inexploradas en los mercados internacionales en las que está hoy la Argentina… 
- Justamente, ése es nuestro error. La verdadera amenaza de los holdouts era la posibilidad de llevarnos a un default, porque esa era una catástrofe para nosotros, y lo lograron. Desde el punto de vista de nuestros intereses perdimos la batalla, porque nuestro principal interés estaba en que no nos llevaran al default. n Capitanich y Kicillof insisten en que no es default porque se pagó. - No es un problema de semántica. En la vida comercial y financiera, y éste es un problema comercial y financiero nos guste o no nos guste, la relevancia de querer cambiar la semántica de las palabras no cambia la naturaleza de los hechos. 

Para usted es default claro… 
- Exactamente. Acá no hay victorias morales que empardan las derrotas financieras, no existe tal cosa. En todas las crisis las personas buscan evasivas, buscan sacarse de encima, negar la realidad. n Le insisto, Capitanich dijo que es una patraña decir que la Argentina está en default. - Yo miro los hechos, no lo que a mí me gustaría que sean los hechos. Me gustaría que la Argentina no hubiera entrado al default, que hubiera preservado el financiamiento a largo plazo que tenía, que no se le acelerara la deuda, que no se le produjera una crisis de confianza como esto va a producir. Yo deseo que le vaya lo mejor posible al país, pero yo no niego la realidad. 

Ahora, pareciera que todavía existe una posibilidad de reflotar el acuerdo entre privados… 
- Eso es verdad, todavía hay algo de tiempo, hay como 60 días de tiempo, porque van a tener que lograr las mayorías para poder acelerar y pedir los cross default, y eso lleva algunos días. Uno podría lograr antes de que eso madure revertir los hechos. Si se corrige la semana que viene, yo creo que gran parte de los males más delicados se evitan. 

Evidentemente todavía no es un capítulo cerrado… 
- La vida no se termina ni los problemas van a ser de golpe. Pero no neguemos la realidad porque sino no podemos entender la naturaleza del conflicto que tenemos que superar. 

Usted es político, no solamente economista. ¿Políticamente le parece que el Gobierno de esta manera está negando la realidad? 
- A mí me parece que la retórica que se ha usado no es la que permitía resolver el problema y con el tiempo cuando usted usa una determinada retórica termina siendo rehén de la retórica, porque cuando la abandona pierde legitimidad y representatividad. 

Ocurre que el slogan político del kirchnerismo es "Patria o Buitres". 
- Lo más importante para el Gobierno era conservar una estructura de financiamiento, que era relativamente favorable, donde había entrado el 93% de los acreedores. Si eso se cae, como creo objetivamente que va a ocurrir si no se puede revertir esto, yo no veo un escenario más negativo. Menos reservas, la deuda en default, con la economía paralizada, con una altísima inflación. ¿Le parece una buena forma de terminar? Inexorablemente, la única verdad es la realidad. La realidad va a ser muy lacerante para la Argentina. 

¿Cómo termina económicamente lo que queda del gobierno de Cristina Kirchner, entonces? 
- Creo que va a terminar muy mal, en una crisis mayor que la que ya tenemos, que es una crisis seria, y se va a ir agravando con el transcurso de los meses y no es un sendero inteligente e incongruente con lo que venían haciendo desde principio de año, que para evitar ese resultado habían estado cambiando cosas, negociaron internacionalmente e hicieron las cosas que hicieron. Volver hacia atrás, con los precios de la soja cayendo, con Brasil en receso, con la crisis energética que tenemos, con las escasas reservas y la inflación, es un escenario muy negativo. Pagaremos todos muy caro la negación de la realidad. 

 Entrevista Publicada en el diario El Cronista Comercial, el viernes 1 de agosto de 2014.

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